No añadas una
persona a tu lista de usuarios sin contar con su permiso previo.
Limita los mensajes
instantáneos a aquellos que realmente lo merezcan. Recuerda que la mensajería instantánea no sustituye al
chat o el correo electrónico.
No agobies a tu interlocutor con ráfagas de mensajes. No todo el mundo
se toma o tiene el mismo tiempo para contestar.
Si no puedes
atender mensajes, señálalo a los demás cambiando tu status.
Si envías una URL explica claramente su naturaleza en
el subject.
No olvides que
aunque veas el mismo nick activo que otras veces, en realidad suele marcar más
a un ordenador que a una persona. Así que quien está al otro lado no siempre es quién tú esperas.
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